sábado, noviembre 18, 2006

ENFERMO.

¿Es posible? ¿Es posible que la belleza sea compatible con
la enfermedad? Sí, lo he comprobado. Hoy la he visto.
Estaba enferma y decidí visitarla. Ella abrió la puerta,
me invitó a pasar y se sentó en el sofá.
Yo entré y cerré la puerta. Me invitó a sentarme y así lo hice.
Sentado ya, la miré. Estaba enferma, y era bella.
Me comentó sus males y yo la escuché. Volví a mirarla y sus ojos eran brillantes.
Sus labios, rosados. Su piel, limpia y suave.
Su voz, cándida. Su cabello, negro azabache.
Su mirada, fuego. Y su sonrisa, su sonrisa inolvidable.
Estaba enferma, sí, y era bella. Es curioso, la enfermedad no elimina la belleza, ni la produce.
Sin embargo, ¿crea la belleza a la enfermedad?
Sí, ahora estoy enfermo.

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