viernes, junio 09, 2006

LA AMISTAD TOCADA

Que triste es perder amigos. Aunque creo que la frase anterior es una paradoja porque si alguien es un amigo no se puede perder. Amigo y pérdida no deberían ir en la misma frase. A mi modo de ver son antónimos. Son dos términos tan distintos como hambre y pan. De hecho siempre creí que el enlace entre 2 o más personas que se llama amistad era uno (sino el que más) de los lazos más fuertes que se podían conseguir. Incluso amor y amistad deben ir juntos porque creo que amistad es una condición necesaria pero no suficiente para que haya amor.

Sin embargo el lazo de la amistad se rompe. Vaya que si se rompe. Aunque como ya he dicho antes quiero creer que es irrompible y que si crees que has perdido un amigo lo que te ha pasado es que has descubierto que no lo era, porque nuestra querida Lengua Española se queda corta en clasificar los peldaños en la escala de la amistad . Eso quiero creer porque la vida sería mucho más triste sin amistad. Lo peor de todo es que cuando te pasa te cuesta mucho creer que existe aunque no tengas ningún motivo para dudar sólo porque en el cesto hubiera una manzana podrida. Lo malo es que sean tres. O tres y media. Tres jueves que se creían lunes y que les molestó descubrir que lo no eran. Y no podían serlo ya que descubrieron que algo había delante de ellos y delante del lunes no hay nada. Aparte había un sábado que también se creía lunes pero los sábados duelen menos y había un miércoles que se creía viernes y que le alegró la llegada de mi lunes lo que le da la categoría de martes. Yo siendo domingo ya voy sobrado.

Además está el problema de que una vez que has creído amigo a alguien y descubres que no lo era, no sabes que calificativo ponerle en el caso de que te “reconcilies” con él. Si le llamas “amigo” es un insulto para tus amigos (si es que aún te queda alguno). Nunca vuelve a ser lo mismo, además ni quieres porque se irían al traste todos tus principios sobre la amistad, lealtad, compañerismo... Amigo y traición tampoco pueden ir en la misma frase. ¿Rencor? No lo sé. Ni me preocupa. Pero no vuelve a ser lo mismo. Aunque por supuesto no te queda el mismo sentimiento en todos porque algunos cortaron la cuerda más que otros.

Pena y desilusión es lo que sientes cuando ves que aquéllos que te importaron mucho vuelven a tropezar en la misma piedra y que no son capaces de aprender de la experiencia lo que te vuelve a demostrar que los sobrevaloraste con lo que se va al traste tantos años de respeto, cariño y admiración. Estos nuevos fallos prueban que uno no es el garbanzo negro, al menos en este caso.Así que el consejo al amigo es que no pierda amigos o, mejor dicho, que no descubra que alguien no lo es, porque es muy triste, duele muchísimo. Pero sucede y lo malo es que no se puede prever ni cuando ni por qué. Es como la fatalidad: siempre se piensa que a uno no le va a tocar.

A Diana, mi Lunes.